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jueves, 25 de marzo de 2010

chistes de locos en aviones


Estaban 3 locos en un avión con tremendo alboroto, y de repente el piloto le dice al copiloto:
Vaya a ver que les pasa a esos tipos.
Y el copiloto se dirige a los locos, y vuelve a la cabina de pilotaje. El piloto le pregunta:
¿Qué hiciste para que se quedaran quietos?
Nos pusimos a jugar a la escuelita y les mande tareas.
Cinco minutos después, se vuelven a alborotar y el piloto le dice al copiloto:
Vaya a ver qué les pasa a esos tipos esta vez.
El copiloto se va y regresa y el piloto le pregunta:
¿Qué hiciste?
Revisé sus tareas y como las hicieron bien, les abrí la puerta y se fueron al recreo.


Estaban volando en un avión comercial, un cura, un cantante, un hippie y un político. De repente el avión comienza a caer en picada, la azafata les indica que sólo existen 3 paracaídas para los pasajeros. Entonces deciden quién se quedará en el avión:
El político dice:
Yo saltaré, sin mí el pueblo quedaría como inválido, sin nadie quien lo dirija.
Entonces toma el paracaídas y salta.
El cantante dice:
Yo tengo que saltar, el mundo necesita mi música, la alegría de mis letras.
Entonces salta.
Cuando de repente el cura ve otros dos paracaídas le dice al hippie:
¡Milagro! ¡Milagro, quedan dos paracaídas!
El hippie le responde:
No padre, es que uno saltó con mi mochila.


En un vuelo Caracas-Miami, después de un suave despegue y cuando el avión había alcanzado una altitud confortable, el capitán hace un anuncio por el intercomunicador: Damas y caballeros, les habla su capitán. Bienvenidos al vuelo 293, directo de Caracas a Miami. Las condiciones climáticas son muy buenas y por lo tanto esperamos un tranquilo y gradable vuelo. Ahora recuéstense y relájense.
¡Ooooh, por Dios!
Seguido de un largo silencio y después de unos cuantos minutos, el capitán vuelve a decir por el intercomunicador:
Damas y caballeros, discúlpenme si los asusté, pero mientras les hablaba, una aeromoza derramó una taza de café caliente en mis piernas, deberían ver la parte delantera de mis pantalones.
Entonces, uno de los pasajeros dice:
¡Eso no es nada, usted debería ver la parte de atrás de los míos!

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